Cuando sonó el
despertador Marcos no pudo estirar la mano para apagarlo, es como si hubiera
perdido todas sus fuerzas, es más, abrió los ojos y se le dificulto saber quién
era y que hacer. El cerebro de Marcos había escapado durante la noche y grave
problema, pues no recuerda nada y le duelen los ojos cuando se esfuerza para
poder caminar.
En días pasados, Cerebro
había discutido con Marcos por no dejarlo descansar, todas las mañanas en
clases atento a aprender, en la tarde en la cancha, activo psicomotor para
jugar y en la noche conectado interactuando en el internet y le da el amanecer
sin dormir. Durante días el cerebro de Marcos salto con tanta fuerza,
quejándose, protestando, exigiendo, los nervios se inflaron y la sinapsis fue
de dolor… a Marcos le dolía su cabeza, pero al fin de cuentas se toma un analgésico de los que venden en la
tienda y al pobre cerebro le toca volver a su función… sedado, adormecido sin
razón.
La mamá de Marcos le
sienta en una silla de ruedas, lo lleva por el barrio para buscar a Cerebro.
Marcos ya poco se puede mover, su cerebro lo abandono y ya no hay quien comande
su cuerpo. Entre las pistas encontraron un recuerdo en una panadería, pero solo
se tomó un tinto para olvidar y el camino continuar.
Marcos se enflaquece,
su mirada perdida y las fuerzas desvanecidas por falta de órdenes para actuar;
en los canales de televisión nacional sale la noticia del cerebro fugado, quien
lo encuentre será recompensado, pues ¿a quién le sirve un cerebro rebelado?
Alguien dijo que lo
habían visto en la parte oscura del barrio, robando ideas, aniquilando sueños,
devorando recuerdos de otros. Una vecina envidiosa dijo que lo había visto en
una vieja vitrina ofreciendo su capacidad, el viejo que dice que es sabio, lo
visualizo en el aeropuerto saliendo para la Conchinchina.
Los científicos
probaron con varios discos duros y memorias cuánticas pero Marcos no respondía,
era menos que un vegetal, una roca con átomos cansados de existir.
Del cerebro nada se
volvió a saber, Marcos en su cambio químico-biológico dejo de ser… ahora solo
se lee su epitafio…”El descerebrado de Marcos no marco el ritmo cerebral. Un
cerebro fugado y un ser sin realidad.”
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